
Un reciente estudio realizado por Ulises Beltrán & Asociados ha revelado una visión detallada sobre cómo perciben los mexicanos tanto la situación general del país como su economía personal. Estas percepciones no solo reflejan el panorama económico y social, sino que también permiten entender sus implicaciones para el consumo interno y el crecimiento en México.
Resultados del estudio
1. Situación actual del país: una perspectiva retrospectiva Según los datos obtenidos:
• El 52% de los encuestados percibe que la situación del país ha empeorado en el último año.
• Solo un 31% considera que ha mejorado.
• El resto (24%) opina que la situación sigue igual, aunque con matices: 13% igual de bien y 11% igual de mal.
Estos resultados reflejan un predominante sentimiento de pesimismo y descontento entre la población respecto al entorno nacional. Es importante señalar que la percepción sobre el panorama macroeconómico tiende a influir directamente en las expectativas de gasto y ahorro de las familias mexicanas.
2. Percepción sobre la economía personal
El análisis de las finanzas personales revela un panorama dividido: • 47% de los encuestados evalúa su economía como “muy bien” o “bien”.
• Sin embargo, un porcentaje igual (47%) la clasifica como “regular” o “mala”.
• Solo un 6% reporta estar en una situación económica “muy buena”.
Este empate refleja una polarización significativa, donde una parte de la población muestra resiliencia económica, mientras que otra enfrenta limitaciones severas. Esta situación impacta directamente en los niveles de confianza del consumidor.
3. Cambios en la economía personal en el último año
• 34% afirma que su economía ha mejorado.
• Otro 34% señala que ha empeorado.
• El 26% percibe que su situación permanece igual de buena, y solo un 4% reporta mantenerse igual de mal.
Aquí se observa una coexistencia de optimismo y preocupación. Aunque una proporción significativa encuentra mejoras en su situación personal, los niveles de inseguridad económica permanecen elevados.
Impacto en el consumo interno y las MiPymes
El consumo interno representa alrededor del 65% del Producto Interno Bruto (PIB) en México. Sin embargo, este indicador es altamente sensible a la percepción de estabilidad económica. Cuando los ciudadanos perciben un deterioro en la situación nacional o en su economía personal, tienden a reducir el gasto en bienes y servicios no esenciales. Esto repercute especialmente en sectores como el comercio, los servicios, y el turismo local, que dependen en gran medida del consumo doméstico, y se refleja en:
• Reducción en ventas: La disminución del gasto de los consumidores afecta las ventas directas de las MiPymes, que constituyen más del 99% de las empresas en México.
• Falta de inversión: El bajo flujo de ingresos desincentiva la reinversión y el crecimiento de estos negocios.
• Aumento del desempleo: Cuando los negocios experimentan bajas en el consumo, muchas veces recurren a recortes de personal, lo que retroalimenta el ciclo de menor poder adquisitivo.
Estrategias para mitigar el impacto
Ante este panorama, los dueños de negocios pueden implementar diversas estrategias para incentivar el consumo interno y minimizar el impacto de la baja demanda:
1. Ofrecer promociones y descuentos atractivos
El consumidor mexicano responde favorablemente a promociones como “compra uno y lleva dos”, descuentos temporales, o programas de lealtad.
2. Digitalización y tecnología
La digitalización y el uso de herramientas tecnológicas pueden ser un catalizador importante para que los negocios pequeños logren expandir su alcance y mejorar su rentabilidad, incluso en contextos adversos.
3. Innovación y diversificación de productos o servicios Las empresas deben adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores. Esto incluye ofrecer productos más accesibles o incluso paquetes que integren varios servicios a precios competitivos.
La percepción económica de la población mexicana en el inicio del año 2025 nos deja claro que existen desafíos importantes para el consumo interno y el crecimiento de los negocios. Los dueños de negocios y emprendedores que apuesten por la innovación y la adaptación a las necesidades cambiantes del consumidor estarán mejor posicionados para enfrentar estos retos.